Excelente adaptación de las nuevas incorporaciones

• Así de atentos estaban esta mañana en los momentos de la Asamblea, escuchando las canciones y las retahílas que les hacía su Educadora Mª Luz

Escuchar, mirar, observar y los más avanzados atreverse a repetir e imitar las acciones que realizaba su educadora Mª Luz con canciones. Las distintas entonaciones, sonidos y cadencias acompañadas de gestos, son esenciales para la maduración de los niños y niñas a todos los niveles.

Una combinación perfecta: atención y ritmo, un trabajo excelente para el desarrollo de la inteligencia y del lenguaje. Y una adaptación excelente la que están haciendo los nuevos niños y niñas recién incorporados en este mes de abril.

Éstas, son las bases necesarias que se van asentando en las áreas del cerebro para desarrollar la atención y comprensión, con periodos de actividad cada vez más largos, muy necesarios para memorizar secuencias o cadenas de canciones, rimas, retahílas y juegos de entonaciones con la voz de la educadora. En estas edades su cerebro se encuentra en los momentos más óptimos para adquirir estas capacidades cognitivas.

Los golpeteos de las manos sobre ellas mismas, sobre el propio cuerpo, sobre el suelo, o la realización de sonidos corporales producidos por la boca, los pies, etc. producen un estado de fascinación en el bebé que le dejan prendida su mirada en la educadora que produce este sencillo espectáculo, pero con cambios de ritmos, lentos y rápidos.

La atención es un requisito básico para cualquier tipo de aprendizaje y uno de los estímulos más llamativos para los bebés son los sonoros, con la voz, con las partes del cuerpo, con los pies, es decir la combinación de sonido-silencio y la combinación de ritmos.

Exponer a los niños y niñas a estas edades a situaciones rítmicas mediante distintas entonaciones y movimientos coordinados, con el propio cuerpo o agitar determinados instrumentos sonoros o  favorece la organización rítmica interna del niño.