Educación emocional: ¡cómete tus miedos!

Educación emocional: ¡cómete tus miedos!

viernes 22 de abril, 2016

Educación emocional: ¡cómete tus miedos!

Listos para `cocinar´ al miedo

Los Rojos I siguen cosechando emociones, las buenas, pero en este caso han conseguido vencer al mie...
  • Los Rojos I siguen cosechando emociones, las buenas, pero en este caso han conseguido vencer al miedo mediante una receta mágica de cocina con sabor a chocolate

Lo que sentimos es para nosotros una fuente de información, las emociones nos movilizan y nos informan. De ahí la importancia de sentir y darnos cuenta de cuáles son nuestros sentimientos.

Reconocer y expresar lo que sentimos nos permite conocernos mejor a nosotros mismos y a los demás, mejorando la comunicación y las relaciones sociales. De este modo desarrollamos en nosotros estrategias positivas en la resolución de conflictos y aprendemos a afrontar sin miedo los problemas escribiendo así, desde dentro, nuestra propia historia.

Sentir, aprender a sentir y dar nombre a los sentimientos, con una única finalidad: EDUCAR LAS EMOCIONES para lograr la excelencia como personas.

En eso consiste “Cosechar Emociones”, descubrir emociones, ponerles nombre, exteriorizarlas… y lo hacemos de forma lúdica de la mano de nuestros amigos los Monstruos de Colores.

Junto a Traca hemos descubierto la ALEGRÍA, amarilla como el sol, que todo lo ilumina; Troki nos enseñó la TRISTEZA, azul como los días de lluvia que nos quita las ganas de hacer nada y Truco llegó muy, pero que muy enfadado, lleno de IRA, roja como el fuego que todo lo destruye y tanto daño hace.

Troco, el monstruo de color negro, llegó con el MIEDO. Ese miedo que nos paraliza y nos hace sentir pequeñitos.

Pero no venía sólo, venía acompañado de su amigo el fantasma Cucufate. Nos hemos quedado boquiabiertos cuando pidió nuestra ayuda para cocinar los miedos. Porque el fantasma Cucufate convierte nuestros miedos en ¡tarta de chocolate!

Así es que nos pusimos manos a la obra, dijimos bien alto nuestros miedos, los batimos y después los horneamos.

Cucufate consiguió que nos “comiéramos” nuestros miedos convertidos en una riquísima tarta de chocolate, aprendiendo una “golosa lección”: a los miedos hay que comérselos ¡sin miedo!