La emoción de cumplir un añito más

La emoción de cumplir un añito más

lunes 21 de abril, 2014

La emoción de cumplir un añito más

En el centro de la imágen Luis Céspedes en su quinto aniversario celebrándolo acompañado de sus compañeros de aula, dispuesto a soplar la tarta

Los niños, protagonistas por un día, celebran su cumpleaños en el aula, genera...
  • Los niños, protagonistas por un día, celebran su cumpleaños en el aula, generando sentimientos positivos y habilidades sociales

Con el paso de los años, los adultos vamos cumpliendo una primavera tras otra, sin percatarnos de la fugacidad con que éstas se suceden. Sin embargo, cuando se es niño, cada cumpleaños es una experiencia inolvidable: supone un dedito más a la hora de enseñar cuando te preguntan que cuántos tienes; y, por supuesto, un día en el que se tiene la excusa perfecta para recibir toda clase de mimos y atenciones, pero también para atender a los amigos que comparten este momento con nosotros.

Los profesionales de El Globo Rojo entienden este intenso sentimiento en los más pequeños cuando se trata de añadir una vela más al pastel y, por ello, los cumpleaños se convierten en todo un acontecimiento en el aula. Para empezar, el cumpleañero o cumpleañera se coloca el famoso gorro-tarta, antes de repartir un detalle que, en la mayoría de ocasiones, los niños han traído para sus compis y, por qué no, para sus profes. Es una ocasión para comprender que en nuestro cumple no solo tenemos regalo nosotros, sino que hay que se generoso y atento con aquellos que quieren desearnos un hermoso día.

Por supuesto, esto no quita para que el homenajeado se coloque en el medio de un círculo y toda su clase le cante el esperado 'cumpleaños feliz'. Y la sensación de valoración por parte de nuestros amigos, compañeros y familia toma forma entonces, haciendo que el niño se sienta querido, especial, valioso. Y no hay regalo más grande que el desarrollo emocional y afectivo de los pequeños.

En una fiesta tan importante como está, también están presentes, además, los valores de compartir y de igualdad. Y es que esta sensación dura solo unas 24 horas, ya que, en pocos días, con seguridad, otro amiguito o amiguita estará ahí sentado, con el gorro-tarta en la cabeza, para celebrar su día. Y entonces seré yo el que le cante, generoso, el cumpleaños feliz.