Psicomotricidad: Educación de base de los aprendizajes escolares en El Globo Rojo

Psicomotricidad: Educación de base de los aprendizajes escolares en El Globo Rojo

sábado 2 de febrero, 2013

Psicomotricidad: Educación de base de los aprendizajes escolares en El Globo Rojo

Los Amarillos Soles (2-3 años) en una sesión de Psicomotricidad, recorriendo un circuito de ejercicio físico y sensorial

Los alumnos del colegio El Globo Rojo tienen todas las semanas actividades de Psicomotricidad que a...
  • Los alumnos del colegio El Globo Rojo tienen todas las semanas actividades de Psicomotricidad que además de favorecer el desarrollo físico y dominio del cuerpo refuerzan los aprendizajes escolares y el progreso intelectual

 

Independientemente de la eficacia y los beneficios que reporta para el desarrollo del niño, el ejercicio motriz y la educación a través del movimiento es una actividad abierta a la creatividad, al juego y al disfrute con los amigos favoreciendo las relaciones interpersonales.

Disfrutemos del siguiente relato:

“Subir, bajar, caminar, volver a subir, saltar desde más alto, saltar con pies juntos dentro de un obstáculo, fondear unos aros, gatear en altura, caminar y pisar entre objetos, hacer equilibrio, dar una voltereta, pasar por debajo de un puente…

Todas estas instrucciones ¡y más! nos dio nuestra “seño”, Gemma. Y nosotros, todos calladitos, con los ojos muy abiertos y atentos, sentados junto al gran espejo, la mirábamos expectantes, para ver como ella hacía todas las cosas que nos decía, que parecían tan complicadas.

Había llenado el gimnasio de muchas cosas, aros, bancos de equilibrio, caminos con saquitos de colores, colchonetas, plataformas con texturas diferentes, un arco para pasar por debajo, cuerdas, y más que ahora no me acuerdo.

Todo esto debíamos hacer y además sin perder el equilibrio y con mucho cuidado de no caernos. ¡Y para colmo! descalzos, porque así nuestros pies se sujetaban más y sentían mejor las sensaciones de los elementos por donde íbamos a pasar.

La tarea, vista desde nuestra posición en la lejanía, pintaba como un ejercicio de alto riesgo. Sin embargo Gemma nos decía que estaba ¡guay y chupao! Nadie pudo escapar. Así, uno a uno, decidimos comprobar en nuestras propias piernas la resistencia que ofrecían los obstáculos que deberíamos superar.

Todo un reto que resultó ser muy divertido y agradable: Subir un pequeño escalón. Dar un saltito desde arriba. Caminar dentro de unos aros. Subir a un banco y recorrerlo gateando bien agarraditos. Pisar saquitos blanditos y de colores con cosas rugosas dentro que hacían cosquillas en la planta de los pies. Dar la voltereta en la colchoneta, que a mi me tuvo que ayudar Gemma. Hacer equilibrio sobre un banco.  Saltar dentro de los aros con los pies juntitos, caminar sobre unas baldosas de colores y texturas blanditas, agacharse y arrastrase como una serpiente para pasar por debajo de un túnel…"

 ¡Y la próxima vez, más difícil!

Eso nos ha prometido nuestra educadora.

Pues aquí me tendréis.

Un alumno muy aplicado

Del grupo de los Amarillos Soles

 

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