MI SILUETA: Iniciándose en la Identidad sexual

MI SILUETA: Iniciándose en la Identidad sexual

jueves 1 de marzo, 2012

Conocer su propio cuerpo, identificar las diferencias físicas entre niños/niña...
  • Conocer su propio cuerpo, identificar las diferencias físicas entre niños/niñas, iniciarse en hábitos básicos de cuidado y bienestar corporal, son, entre otros, los interesantes y atractivos aprendizajes que realizan en estos días los alumnos del Primer Ciclo de Educación Infantil (0 a 3 años)

Es una labor formativa que imparten las maestras y educadoras, profesionales de este centro educativo, El Globo Rojo, y que no dejan nada al azar, porque es de suma importancia que los niños adquieran una buena construcción de su identidad.

Las profesionales de este centro de educación infantil están formadas y asesoradas por especialistas, psicólogos y expertos en la infancia, para que impartan una  educación completa e integral de los niños. Se podría decir que, de algún modo, las escuelas infantiles bien preparadas ensanchan el marco familiar y significan hoy en día el lugar por excelencia donde niños y niñas aprenden a socializarse y comienzan a construir su identidad sexual y donde experimentan su rol de género.

Es en estas edades cuando niños y niñas empiezan a tomar conciencia de su esquema corporal, mostrando gran interés y curiosidad tanto por su cuerpo como por el del otro sexo. Es importante dar respuesta a estos intereses y curiosidades de forma natural, cuidando que esta información no se adquiera aisladamente sino dentro de una visión integral y positiva del propio cuerpo y de sus funciones.

En torno a los dos años de vida, los niños y niñas se dan cuenta que hay dos tipos de personas diferentes (los hombres y las mujeres; las niñas y los niños), que visten de forma diferente, tienen el cuerpo diferente y actúan en casi todos los contextos de forma diferente. Inmediatamente después, casi a la vez, se dan cuenta de que pertenecen a una u otra categoría. Entre los dos y tres años, salvo deficiencias específicas, todos saben con precisión que hay dos tipos de personas y que pertenecen a uno de ellos. Pero este primer juicio de autoasignación a una categoría no distingue, al menos de forma clara, entre identidad sexual y rol de género. De hecho, hasta los seis u ocho años, es fácil comprobar como, por ejemplo, una niña a la que decimos que la vamos a vestir con zapatos, calcetines, pantalones, camisa, etc., de niño, acaba diciendo que entonces ella se convertiría en un niño.

A pesar de que los niños y las niñas saben con toda certeza que son niños o niñas, no adquieren la permanencia de su identidad hasta los cinco o siete años. A lo largo de toda la primera infancia pueden pensar que de mayores tendrán otra identidad y que ésta depende de su voluntad. De forma que, por ejemplo, un niño de tres años puede creer que de mayor será “una mama”.

En las actividades referidas a los cuidados del cuerpo no debemos desligar los cuidados higiénicos de los cuidados referidos a satisfacer las necesidades básicas de afecto, alimentación, sueño... ya que en estas edades ambos condicionan en gran medida la sensación de bienestar corporal.

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